viernes, 6 de marzo de 2015

Mi metamorfosis

Año 2012. 
Nueve de la mañana. 
Principios de septiembre. 

Bolso al hombro, nuevo collar, mi mejor sonrisa.

"¡¡¡Por fin estoy en la universidad!!! ¡¡He entrado a Medicina!! ¡¡Esto es real!! De aquí a ocho años estaré salvando vidas, paseando mi bata blanca por los pasillos de un hospital. O, quién sabe... ¿tal vez un pijama de cirujana?"


Año 2015.
Primera hora de la mañana.
Un centro de salud cualquiera.

Bolso al hombro, el colgante de siempre, mi mejor sonrisa.

"- Hola, buenos días. Soy una estudiante de Tercero de Medicina, tengo una práctica aquí hoy.
- Espera un momento, por favor. - llama por teléfono.- Sí, sube a la planta x.

Subo por las escaleras, sintiendo cómo los músculos de mis piernas se contraen y se relajan. 
Ya ni siquiera recuerdo sus nombres.

Llego a mi destino. 
La puerta está abierta; me están esperando.
- ¡Hola! Eres Iratxe, ¿verdad?
- Sí.- esbozo otra sonrisa. Me gusta estar de prácticas.
- Tienes ahí el perchero para dejar la chaqueta. Has traído fonendo, ¿no?
- Vale, muchas gracias. Sí.- una sonrisa aún más ancha que la anterior.
- Cuando estés lista, coge una silla y empezamos.

Me siento en un taburete que escojo al azar, y me coloco al lado del doctor@. Dejo mi fonendo en una mesita auxiliar.
Preparo mi mente para absorber como una esponja y me digo a mí misma: "hoy vas a aprender mucho".

Llega el primer paciente de la mañana. 
Luego viene otro, más tarde otro más.

Patología más variada que otras veces, pienso. 
Es la primera vez que veo una tromboflebitis.
Pacientes pluripatológicos, con infinita medicación.
Vértebras tocadas, futuras operaciones de corazón, alergias de origen desconocido...

Y, por encima de todo, ell@s.
Nuestros pacientes. 

En realidad yo no soy su médico; ni conozco su historia clínica ni personal.
Pero durante los minutos que están sentados en esa silla, soy la estudiante sonriente y con cara de niña que oye, ve y calla. 
Que les mira a los ojos mientras el médico o médica teclea y hace preguntas.
Que les observa de arriba a abajo: los gestos, la mirada, el tono de voz.
Que se pregunta ¿qué vida habrá llevado? ¿Tendrá hijos? ¿En qué trabajará?
Que, durante esos minutos, es menos médica que nunca.

Termina la consulta. La puerta se cierra, y mi docente comienza a hablarme.
Su voz irrumpe en mi cadena de pensamientos. 
Me obligo a prestar atención.
- Mira lo que está tomando: "x", "y", "z". Vamos a retirarle "y" porque interacciona con "z". Sabes lo que es, ¿no? 
Asiento con la cabeza. Pero miento. ¿Lo recuerdo? La verdad es que no lo tengo claro. Mi mente funciona frenética, intentando arrancar los datos del apelotonamiento de ideas sueltas que ha dejado el estudio de la Farmacología en mi archivo cerebral. 
¿Veredicto? Mente en blanco. No tengo ni idea.

Un sentimiento de vergüenza y fracaso cae en mi estómago como una losa.
Esto no tenía que ser así. ¡Este no era el plan! 
Yo iba a ser una gran doctora, ¡iba a hacer algo importante! ¿Cómo voy a hacer algo importante si ni siquiera me acuerdo de lo que estudié hace un mes?

Entra la siguiente paciente.
Es mayor, y le duele todo. 
Le duele el alma.
Se desahoga con mi docente; son conocidos desde hace tiempo. Casi se le saltan las lágrimas.

Pasa un buen rato. Mucho más que en el resto de consultas. 
Estoy atrapada en sus palabras, en su angustia. 
Qué diferentes somos las personas, pienso. Unos lo superan, y otros se hunden. 

Termina la consulta, y con ella mi turno.
Hora de irse a casa.

Monto en el autobús; encuentro una pareja de asientos libre junto a una ventana, y me acomodo. 
Apoyo la frente en el cristal. Está frío. 
No me quito de la cabeza a la última mujer. Ni a ella, ni a otros pacientes que me han impresionado. 

Se me ocurre que me importa un bledo ser la heroína de nadie. Saber mucho, brillar. 

¿Y para qué? ¿Acaso todo eso hará que sea capaz de mirar a los ojos a una persona, bajar hasta mi abismo para estar con ella en el suyo y decirle "sé que esto es una mierda, y no sé si voy a poder ayudarte, pero aquí estoy"? 

Mi paciente no será mi paciente porque sea débil, sino porque sabe menos de ese campo de Medicina que yo. Punto. 
Igual que algún día yo seré la cliente de algún abogad@ y no querré que me tomen por idiota, porque no soy menos que nadie. Simplemente, no sé de leyes. Pero si me explican, puedo aprender.

Nunca había reflexionado sobre esto antes. 
Sabía que quería ayudar, pero un conglomerado de motivos se entremezclaban y se ponían la zancadilla unos a otros.
Ahora. en cambio,lo veo claro.

Quiero ayudar porque "quien no vive para servir, no sirve para vivir". Porque no puedo soportar estar de brazos cruzados sabiendo que alguien sufre y yo, tal vez, pueda hacer algo para aliviarlo. 
Y voy a hacerlo desde la Medicina porque me gusta. Lisa y llanamente, como ciencia, me gusta. 



17 comentarios:

  1. Precioso, Iratxe... A mí se me han saltado las lágrimas de leerte. Creo que has aprendido una barbaridad en esa práctica. Pero muchíiiiiiisimo...
    Ojalá tus compañeros, los míos o yo misma, pueda aprenderlo también y grabarlo a fuego.

    Una práctica es casi perfecta desde el momento en el que el tutor/médico te llama por tu nombre... =) Ya lo irás viendo. Si tú le importas, seguramente es porque sus pacientes también le importan. Es fácil encontrar la medicina deshumanizada... Desde obviar al estudiante hasta todo lo demás.

    No sé si pasarás más días allí, pero estoy segura de que aprenderás más de lo que puedan darte los libros.
    No te preocupes por no saberte los fármacos.. yo tampoco me los sé... jaja :p Pero eso se estudia, y se aprende. La humanidad desgraciadamente no es tan fácil de aprender ni de estudiar ;)

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    1. Muchas gracias, Irene :)

      Yo también creo que estoy aprendiendo mucho este curso, y los culpables son la asignatura Ética y Comunicación Clínica y las prácticas.
      También aprendo de todos vosotros, y mucho de ti :)

      Buf ¡qué alivio! jajaj Espero llegar a sabérmelos algún día... xD

      ¡Un abrazo, guapi! :)

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  2. Hola!

    Lo primero, muchas gracias por todas las experiencias relatadas (¡...desde Selectividad...!). Nos ayudan una barbaridad a los que venimos por detrás. Es un apoyo enorme, de verdad lo digo.

    Y en cuanto a al post... menuda perspectiva nueva. La de piezas que encajan si se ponen así...!

    Gracias por la reflexión y suerte!

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    1. ¡Hola! :)

      Muchas gracias :)

      Jaja suerte a ti también :D

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  3. Lo que has puesto de los fármacos me ha hecho mucha gracia porque yo en mis primeras prácticas( medicina interna en 3º) me pasaba lo mismo..el medico me explicaba el tratamiento y yo intentaba retener información, pero cuando iba por el octavo fármaco ya se me habían olvidado los cuatro primeros jajajja no te agobies por eso, dedícate a disfrutar de las prácticas y de los pacientes!

    En cuanto a la última paciente estoy segura que el hablar con su doctor y contigo le alivió.... un día en prácticas al acabar me dijo el médico una cosa que se me grabó a fuego: "Hoy no le hemos salvado la vida a nadie pero sí que se la hemos mejorado a unos cuantos".
    A veces, escuchar es la mejor medicina ;)

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  4. Jo Iratxe, qué bonito eso que dices, me encantó el post y es genial que uses el blog para desahogarte, porque esos pensamientos los tenemos todos...
    Mi estrés se divide entre "Voy a ser una médico horrible porque no retengo conocimientos" y "Voy a ser una médico horrible porque no tengo ni idea de cómo actuar ante el sufrimiento humano" (y esto último no lo enseñan en las facultades...) y la verdad, creo que poco a poco, y por ensayo y error, seremos capaces de ir aprendiendo (y habrá que luchar mucho para mantener la humanidad, que es muy necesaria en la profesión).
    Por otro lado, siéntete afortunada, porque has tenido una práctica genial y con alguien que se ha acordado de que como estudiante estás ahí para aprender y no para calentar la silla jajaja.
    ¿Te acuerdas que dije que me estaban decepcionando las prácticas este curso? Pues gracias a Otorrino he recuperado mi fe en la Medicina (y eso que iba con la idea de que sería horrible, pero nunca me había alegrado tanto de estar equivocada jajaja).
    Un beso enorme, y sigue así, porque tu sensibilidad y empatía te harán ser una muy buena médico.

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    1. Me alegro un montón de que hayas recuperado la ilusión :) Tener una motivación da sentido a todo.

      Muchas gracias :) Qué cosas más bonitas me dices, me vas a sacar la lagrimita.

      Un beso fuerte :)

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  5. Hola!
    Una entrada preciosa, Iratxe. De verdad.
    Creo que es lo que da emoción a este curso. Ver que tanta teoría sirve algo y a la vez tampoco. En mis prácticas he ido encajando poco a poco algunos conocimientos teóricos pero lo más importante es que he fortalecido mi decisión de "querer estar ahí". He visto que me gusta estar en la consulta, ayudar en lo que se pueda aunque sólo sea escuchar, y ver como el paciente se marcha un poco mejor que como vino.
    Me alegra que lo estés disfrutando y espero que puedas sacarle tanto jugo a cada paciente.
    Un besazo enorme, y gracias por compartir esta entrada tan bonita!

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    1. Muchas gracias :)

      Eso es, ¡exactamente eso! El juego empieza a ser real :)

      Me ha pasado lo mismo que a ti.

      Muchas gracias por tus palabras, guapi.

      ¡Un besazo! ^^

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Precioso Iratxe!! :)
    Tranquila, la medicina es muy amplia. Es normal que no te sepas todos los fármacos. De hecho, médicos muy curtidos a veces tienen que mirar en el vademecum porque hay fármacos nuevos, o algunos que no manejan habitualmente...y más vale consultar y quedar por "tonto" que ser tonto pensando que lo sabes todo.
    Vas a ser una super-médico, pero eso no se consigue únicamente a base de estudiar. Ser un buen profesional requiere más cosas. Ojalá todos nuestros compañeros se diesen cuenta de ello. El mundo de la medicina sería aún más bonito.

    ¡Un besazo!

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  8. Te aconsejo no estar pensando en la vida de los pacientes mientras el médico les atiende por dos razones: estas allí para aprender MEDICINA y porque ellos tampoco te han dado permiso para ello. Entiéndeme, no quiero decir que dejemos a un lado la empatía y seamos bordes, pero los pacientes van porque están enfermos y hay que curarles con eso fármacos que tu médico les esta recentando. Esta muy bien ser empático con los pacientes, de hecho es fundamental, pero los pacientes tienen una vida privada que es suya, y a no ser que ellos la saquen, es suya y solo suya. Atiende a la medicina y sabrás los fármacos :P.

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    1. Tienes mucha razón.
      Me has hecho reflexionar y darle vueltas al asunto, y creo que estás en lo cierto.
      Soy muy joven y todavía tengo mucho que aprender; una de las cosas que quería expresar con esta entrada es que me cuesta limitarme al pensamiento médico.
      Poco a poco.

      Un saludo :)

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  9. Hola^^
    Bueno te comento, me topé con tu blog por pura casualidad...estaba echándole un vistazo en general pero tuve que leer esta entrada.
    Enhorabuena, vas a ser una gran doctora con ese pensamiento como que a muchos médicos les falta-HUMILDAD
    Mira, yo tengo muchos conocimientos sobre la patología humana y tan solo soy técnico...(No tengo la suerte de poder estudiar medicina,aún no..espero que en 2 años si) y seguro que te habrá pasado a ti también (cuando estoy mala y tengo que ir al médico, me hacen sentir como una estúpida que no sabe nada y ni te escuchan son muy incompetentes...si vieras como mas de uno trata a mi pobre abuela...lo mínimo que deben hacer es escuchar , intentar explicarle al paciente que es lo que le pasa...tienen que ser mas humano de verdad...vas por buen camino con esa mentalidad.
    Felicidadees futura doctora^^
    Lo que te decia me quedo por tu blog
    Un beso enormeee

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    1. ¡Hola!

      He tardado un montón en responder a tu comentario, ya lo siento :S

      Gracias :)

      Lo que comentas también me ha pasado a mí, y es muy muy desagradable. Por eso yo intento hacerlo lo mejor posible y tratar a los demás como me gustaría que me trataran a mí.

      Un beso :) Ahora me paso por el tuyo ^^

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  10. Que post más bonito!!! Muy muy interesante!

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